La contaminación lumínica: una amenaza silenciosa para el descanso, la salud y la biodiversidad

Carolina Hdez. Peratta

8/13/20253 min leer

Esta semana se ha publicado el primer mapa global de contaminación lumínica de Cataluña, un hito científico y técnico que nos interpela directamente como profesionales comprometidos con el confort ambiental y la salud en la edificación. El estudio, elaborado por el IEEC y el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona, ha sido posible gracias a la modelización avanzada de más de 1,5 millones de puntos de luz públicos y una red de sensores en tiempo real distribuidos por todo el territorio. El resultado: una radiografía precisa de nuestro cielo nocturno, con una resolución de tan solo un kilómetro cuadrado.

Desde el punto de vista del confort ambiental, la contaminación lumínica no es solo una cuestión astronómica. Es un factor de riesgo para la salud humana y un vector de desequilibrio ecológico de primer orden. En HAUS llevamos tiempo defendiendo una visión integrada del confort que incluye la luz como uno de los nutrientes esenciales para nuestro organismo. Pero conviene recordar que la luz artificial nocturna —especialmente aquella con espectros de luz azul, mal direccionada o con luminancia excesiva— puede provocar disrupciones del ciclo circadiano, dificultades para conciliar el sueño, una disminución de la calidad del descanso y efectos acumulativos sobre el sistema endocrino e inmunitario[1].

Además, la contaminación lumínica altera profundamente los ecosistemas nocturnos: desorienta aves migratorias, afecta los patrones reproductivos de insectos y anfibios, y modifica los comportamientos de muchas especies nocturnas. El impacto sobre la biodiversidad es especialmente relevante en entornos frágiles como los parques naturales o las zonas agrícolas, que deberían ser verdaderos refugios de oscuridad.

Por todo ello, este nuevo mapa no es solo una herramienta informativa: es una llamada a la acción. Es necesario incorporar criterios de gestión lumínica responsable en el diseño urbano, en la iluminación exterior y también en los edificios en los que vivimos y trabajamos. Los profesionales de la edificación tenemos la oportunidad —y también la responsabilidad— de prescribir soluciones que minimicen las emisiones lumínicas innecesarias: regulación horaria, control de intensidad, uso de luz cálida, pantallas direccionales y, sobre todo, una nueva cultura de la oscuridad como valor ambiental.

En HAUS trabajamos para que cada proyecto sea un espacio donde la luz contribuya al bienestar, y no se convierta en una fuente de disfunción. Y este mapa, al igual que los datos científicos que lo respaldan, nos ayuda a ver con claridad aquello que a menudo pasa desapercibido: que el derecho a la oscuridad nocturna es también un derecho ambiental y de salud.

[1] Stevens, R.G. & Zhu, Y. (2015). "Electric light, particularly at night, disrupts human circadian rhythmicity: is that a problem?" Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences.
▪ Esta revisión demuestra cómo la exposición a la luz artificial nocturna interfiere con la producción de melatonina y el ritmo circadiano natural, alterando el ciclo sueño-vigilia.

Walker, W.H. et al. (2020). "Circadian rhythm disruption and mental health." Translational Psychiatry, 10, 28.
▪ Muestra cómo la alteración del ritmo circadiano puede contribuir al insomnio, a trastornos del estado de ánimo y a la ansiedad.

Cho, Y. et al. (2015). "Effects of artificial light at night on human health: A literature review of observational and experimental studies." Chronobiology International.
▪ Revisión extensa que concluye que la exposición a la luz nocturna reduce la calidad del sueño, aumenta el tiempo necesario para conciliarlo y provoca despertares durante la noche.

Bedrosian, T.A. & Nelson, R.J. (2013). "Influence of the modern light environment on mood." Molecular Psychiatry.
▪ El artículo muestra cómo la luz artificial nocturna puede afectar la producción de hormonas como el cortisol y la melatonina, con efectos sobre el sistema endocrino y las respuestas inflamatorias.

Fonken, L.K. et al. (2013). "Dim light at night disrupts molecular circadian rhythms and increases body weight." Journal of Biological Rhythms.
▪ Aporta pruebas experimentales de cómo la luz nocturna puede desregular los sistemas hormonales y favorecer desequilibrios metabólicos e inmunitarios.